◄♥►
EL QUE TODO LO DIO
Guillermo era un joven honrado y piadoso, de nacionalidad canadiense, de religión protestante. En 1914 fue enviado, como un soldado más, en el ejército que partía para Francia. Pronto se encontró entre las batallas más crudas del Norte.
Una noche, mientras las alternativas de la lucha hacían avanzar o retroceder a su regimiento, cayó en un pozo barroso de poca profundidad y allí quedó, rendido de fatiga, sin conocimiento y medio sepultado en el fango. Uno de sus brazos había quedado fuera, sobre el borde del pozo.
Los hombres de su unidad, en forzosa retirada, pasasban por aquel sitio; y muchos, sin advertirlo, pisaron con sus pesadas botas el brazo del infortunado compañero.
A la mañana siguiente, una patrulla de reconocimiento le descubrió. Retirado del frente y evacuado lo antes que se pudo a París, los médicos constataron cinco roturas en el brazo y, lo que es peor, una gangrena mortal que avanzaba rápidamente. Dijeron que a la mañana siguiente tenían que amputárselo sin remisión.
Los dolores que le causaba el brazo machacado y el pensamiento de que el día siguiente lo había de perder para siempre, impidieron a Guillermo conciliar el sueño.
Una monja, que le velaba con suma caridad, le ofreción un librito para ver si le distraía un poco; pero el joven no estaba entonces para lecturas.
Pocos minutos después, se fijó en el libro que leía la religiosa y pudo ver su título: Milagros de Lourdes [1].
Inmediatamente ―¿qué pasó por su alma ?, ¿qué potente moción de la gracia? ―exclamó:
―¡Eso es lo que yo quiero! ¡Un milagro! ¡Yo quiero ir a Lourdes!
Al ver la Hermana que no conseguía hacerle callar, llama a la Superiora.
Eran las dos de la madrugada. La Superiora hizo ver a Guillermo que no podía marchar sin consentimiento de los médicos. Al fin se avino a esperar hasta que llegase el doctor en la mañana siguiente.
Pero precisamente aquella mañana se libró un combate más intenso y sangriento, y todos los médicos tuvieron que salir para los hospitales del frente…
En tales circunstancias, la enérgica insistencia del soldado triunfó por fin de la Superiora , que creyó ver en tanto empeño un especial llamamiento de Dios.
Aquella misma tarde Guillermo, acompañado de una religiosa, tomaba el tren para Lourdes, adonde llegaba doce horas después.
En seguida fue conducido, como todos los enfermos que llegan a Lourdes, a la Oficina de constatación [2]. El médico judío que le examinó, se mostró muy amable, pero pronto le dijo con toda decisión:
―Joven, has hecho una locura en venir aquí. Yo he visto a miles de enfermos venir a Lourdes. Algunos se han curado, otros no. Tienes una gangrena que se extiende con rapidez. Tu brazo está roto por cinco partes: no debías haberte expuesto a las molestias de este viaje. Pueden ser de consecuencias fatales…
Las palabras del doctor no le impresionaron.
Poco después estaba en la basílica del Rosario [3], asistiendo a la santa Misa, con su brazo bien atado y quieto.
―¿Qué harás si quedas curado?
Pensando que fuese la Hermana , se volvió hacia ella y le preguntó:
―¿Qué quiere usted decir con esa pregunta?
―¡Chist! ―respondió la Hermana ―: Nosotros, los católicos, no hablamos en la iglesia.
Pensó Guillermo que la religiosa no había dicho ni oído una palabra, y seguía preguntándose quién habría sido.
―¿Qué harás si quedas curado? ―volvió a oír de nuevo, de una manera clara e inconfundible.
Cayó en la cuenta de que aquello era una intervención sobrenatural y, muy conmovido, respondió en silencio:
―Pues… pues… ¡Daré la vida1
―¿Cómo? ―insistió la misma voz.
―Seré sacerdote ―contestó el soldado, aunque sin conocer todo el alcance de su promesa.
―¿de qué clase? ―volvió a preguntar la voz con tono suave y tranquilizador.
Siendo protestante, se veía perplejo para responder a esta pregunta; pero pronto creyó hallar la mejor respuesta, y afiermó en su corazón:
―De la clase que lo da todo…
Cesaron las voces. El soldado parecía tranquilo; pero la Hermana que le asistía estaba emocionada, le vigilaba con cuidado y oraba con tal intensidad, que casi no respiraba.
Por la tarde a la hora de costumbre, pasa por la explanada mayor, amurallada por las camillas de los enfermos, la procesión del Santísimo Sacramento.
Es el acto que, dentro de la gran majestad litúrgica en que se desarrolla, mayor emoción religiosa produce en los presentes y durante el cual realiza Nuestro Señor, para honra de su Madre Inmaculada, gran parte de los milagros que han llevado el nombre de Lourdes a los últimos confines del mundo.
Un Obispo lleva el Santísimo Sacramento en rica custodia de oro; y, llegado a las filas de los enfermos, los va bendiciendo uno por uno. ¡Cómo miran ellos a la Sagrada Hostia , cómo se incorporan en sus camillas, cómo lloran y suplican! Yo lo he visto.
Y entre tanto, un sacerdote dirige los clamores de la muchedumbre, pronunciando con fe, con fervor, jaculatorias que todos repiten, jaculatorias y súplicas tomadas del Evangelio:
―¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!
―Señor, el que Tú amas está enfermo.
―Señor, si Tú quieres me puedes curar.
―¡Señor, haz que yo vea!
―¡Señor, haz que yo ande!
Ya el palio que anuncia a los creyentes el paso de su Dios, hecho Hombre y escondido en los blancos velos de la Eucaristía , llega a la altura de Guillermo; ya el Prelado levanta la custodia y hace la señal de la cruz sobre él; ya sigue adelante para bendecir a otro doliente, mientras el clamor de los fieles llena los espacios y enciende los corazones y humedece los ojos:
―¡Hosanna al Hijo de David!
Nuestro herido sentía emoción vivísima; en cuanto recibió la bendición con el Sacramento, miró a su mano, aquella mano que le querían cortar: trató de moverla y la movió sin dificultad. Luego intentó mover el brazo y lo movió normalmente. Entonces lo levantó hasta la cabeza, empezó a agitarlo con entusiasmo, lanzó el grito que de cuando estremece los confines de Lourdes:
―¡estoy curado! ¡Estoy curado!
Guillermo, el herido canadiense, está curado.
Cuando, luego, le examinan los doctores, declaran que las cinco roturas se ven perfectamente soldadas, la gangrena ha desaparecido, y la carne, poco antes magullada y medio podrida, aparece blanca y sana.
Sin más ruido, volvió en seguida a su regimiento; fue de nuevo al frente y luchó con valentía hasta el fin de la guerra, sin recibir la menor herida.
Vino la paz el año 1918, y Guillermo regresó a su patria.
Allí se hizo instruir en la religión católica, y recibió el bautismo, haciendo que también ingresaran en la Iglesia sus hijitos, un niño y una niña, que tenía.
Murió su esposa, y juzgó que se acercaba el momento de cumplir la promesa que había hecho en Lourdes a la Virgen Santísima , y cuyo recuerdo nunca le abandonaba.
En cuanto dejó bien asegurados la perfecta educación cristiana y el porvenir de sus hijos, se presentó en el Noviciado de los Jesuitas.
Cumplió las pruebas y los años de la vida religiosa; hizo los votos que le constituían en estado de perfección; cursó los estudios y amaneció sobre el horizonte de su vida el día grande de la ordenación sacerdotal y de la Primera Misa. Y aquella mano devuelta a la vida por la Madre , empezaba a sostener y a repartir a las almas el Cuerpo y la Sangre del Hijo…
Estalla la segunda guerra mundial. Uno de los primeros capellanes que se ofrecen voluntariamente y cruzan el Atlántico es el antiguo soldado canadiense, que ahora no viene a matar los cuerpos, sino a salvar las almas…
Presta los consuelos y las enseñanzas de la religión a unos y a otros. En esto…
Es un joven aviador de las Reales Fuerzas Aéreas Canadienses que ha caído en las cercanías y es conducido al capellán en inminente peligro de muerte.
El sacerdote se apresta a auxiliarle con toda caridad. Cuando descubren y lavan el rostro ensangrentado del joven, Guillermo reconoce en él a su propio hijo…
Momentos de inmensa emoción para los dos… No hubo entonces ningún milagro visible; pero los ángeles contemplaron un prodigio mayor: el prodigio de un padre que, habiendo cooperado un día con Dios para dar la vida temporal a aquel soldado moribundo, ahora, sacerdote de Jesucristo, cooperaba con Él para darle la vida interminable…
Ya Guillermo ha dado su esposa y su hijo. Poco después tiene el privilegio de dar también su hija en el altar, donde se consagran y renuncian al mundo las esposas del Cordero inmaculado.
Él mismo ha recibido su promesa, la ha bendecido y ha celebrado la Misa en la impresionante ceremonia.
Después ha vuelto a su puesto de capellán, en el que persevera actualmente.
Ahí espera la hora de dar también su propia vida.
Sólo entonces quedará cumplido el generoso ideal concebido bajo las maternales miradas de la Virgen bendita: « SER DE LOS QUE LO DAN TODO…».
* * * * *
Ésta sorprendente narración fue recogida por el Padre Martínez, SJ de la “revista norteamericana titulada Jesuit Missions (página 100, de 1944), que la calificaba de suceso rigurosamente histórico.
P. José-Julio Martínez, SJ, Éstos dan con alegría , Editorial del Apostolado de la Oración – EDAPOR (Madrid, 1983 [Colección M.E.J. # 12]. ISBN: 84-85662-28-8), pgs. 204 – 209.
Base de Datos de Editoriales de la Agencia Española del ISBN (Número Estándar Internacioanl del Libro – Internatioanl Standard Book Number) de la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas, Ministerio de Cultura del Gobierno de España: http://www.mcu.es/webISBN/editorialDetalle.do?sidEditorial=3891&action=busquedaInicial&noValidating=true&POS=0&MAX=50&TOTAL=0&prev_layout=busquedaisbn&layout=busquedaeditoriales&language=es
Copias del libro referido están disponibles a través de Mundo del Libro – El sitio de los libros antiguos: http://www.mundodellibro.com/libros/estos-dan-con-alegria-narraciones-historicas_martinez-josejulio-ilustraciones-de-pripalmar_L0058q90iv40.html
Otras obras del autor pueden encontrarse en UNILIBER – Libros y Coleccionismo: http://www.uniliber.com/autor/jose-julio-martinez-l.html, y en IberLibro.com – Pasión por los libros: http://www.iberlibro.com/buscar-libro/autor/mart%EDnez-jos%E9-julio/
* * * * *
OBSERVACIONES:
En listado de “Las curaciones de Lourdes reconocidas como milagrosas por la Iglesia ” [http://www.lourdes-france.org/upload/pdf/sp_guerisons.pdf, http://fr.lourdes-france.org/approfondir/guerisons-et-miracles/liste-des-miracules, http://www.lourdes-france.org/upload/pdf/guerison.pdf], no figura el caso de Guillermo referido en la narración aquí transcrita. Lo que presupone que fue una de las miles de curaciones que la Iglesia no ha reconocido pero, que no por ello, dejan de tener validez, pues, desde las Apariciones Marianas en la Gruta de Massabielle en 1844 hasta la actualidad continuan realizandose las curaciones tanto espirituales como físicas. Para efectuar consulta de todo ello puede contactarse con Asociación Médica Internacional de Lourdes (AMIL) – Association Médicale Internationale de Lourdes (AMIL) : http://p.theillier.pagesperso-orange.fr/frcontact.htm, contactar a la Diócesis de Tarbes y Lourdes – Diocèse Tarbes Lourdes, l'Eglise catholique des Hautes Pyrénées http://tarbesetlourdes.cef.fr/diocese/component/option,com_contact/Itemid,3/, o contactar a la Oficina de Constataciones Médicas de los Santuarios de Nuestra Señora de Lourdes – Le Bureau des Constatations Médicales des Sanctuaires de Notre-Dame de Lourdes : http://fr.lourdes-france.org/contact o específicamente en el formulario http://fr.lourdes-france.org/approfondir/guerisons-et-miracles/les-instances-medicales-de-lourdes [http://fr.lourdes-france.org/contacter-service?service=bmedical@lourdes-france.com#formulaire].
Para conocer mucho más sobre las curaciones de Lourdes pueden adquirirse los siguientes libros en Librairie des Sanctuaires de Notre-Dame de Lourdes – Lourdes Éditions :
• Guérisons de Lourdes , escrita por Théodore Mangiapan: http://www.lourdes-editions.com/index.php?page=shop.product_details&flypage=flypage.tpl&product_id=416&category_id=1&option=com_virtuemart&Itemid=5
• Les Miracles – Expliquez-moi… , por Monseñor Jacques Perrier: http://www.lourdes-editions.com/index.php?page=shop.product_details&flypage=flypage.tpl&product_id=493&category_id=1&option=com_virtuemart&Itemid=5
• Apparitions à Lourdes – Bernadette Soubirous et les miracles de la Grotte , por Patrick Sbalchiero: http://www.lourdes-editions.com/index.php?page=shop.product_details&flypage=flypage.tpl&product_id=31&category_id=19&option=com_virtuemart&Itemid=5
• Lourdes – Le Miracle depues 150 ans , por Mons. Jacques Perrier y Michel Lafon: http://www.lourdes-editions.com/index.php?page=shop.product_details&flypage=flypage.tpl&product_id=153&category_id=19&option=com_virtuemart&Itemid=5
• Le Miracle de Lourdes , por Christophe Lucet: http://www.lourdes-editions.com/index.php?page=shop.product_details&flypage=flypage.tpl&product_id=27&category_id=19&option=com_virtuemart&Itemid=5
* * * * *
NOTAS:
[1] Christophe Lucet, Le miracle de Lourdes, Éditions Sud Ouest (ISBN : 978-2-87901-838-6. EAN : 9782879018386).
• Librairie des Sanctuaires de Notre-Dame de Lourdes – Lourdes Éditions :
[2] Comité Médico Internacional de Lourdes (CMIL): http://www.lourdes-france.org/index.php?goto_centre=ru&contexte=es&id=592&id_rubrique=592
Asociación Médica Internacional de Lourdes (AMIL) – Association Médicale Internationale de Lourdes (AMIL) : http://p.theillier.pagesperso-orange.fr/index.htm
[3] Basílica Nuestra Señora del Rosario de los Santuarios de Nuestra Señora de Lourdes: http://www.lourdes-france.org/index.php?goto_centre=ru&contexte=es&id=723&domaine=
La basilique Notre-Dame du Rosaire des Sanctuaires Notre-Dame de Lourdes : http://fr.lourdes-france.org/sejour-a-lourdes/carte-de-lourdes/la-basilique-notre-dame-du-rosaire
PHOTO CREDITS :
© David Turnley/CORBIS and © Carsten Koall/Getty Images.
No hay comentarios:
Publicar un comentario