50mo Congreso Eucarístico Internacional, Dublín, Irlanda del 10 al 17 Junio 2012

martes, 14 de junio de 2011

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ◄♥► DÍA 14 JUNIO 2011



◄♥►CONSAGRACION DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(La Compañía de Jesús, llamada por especial voluntad revelada del Corazón de Jesús, a propagar su espiritualidad, se consagró total y perpetuamente el 1 de Enero de 1872, con esta fórmula que puede adaptarse a quien lo desee):

Jesús Redentor nuestro:

Venimos a tu presencia angustiados y afligidos, pero animados por el recuerdo de tus palabras: « VENID A MÍ TODOS LOS QUE SUFRÍS Y ESTÁIS OPRIMIDOS QUE YO OS ALIVIARÉ ». con el dolor que nos causan tantos males como presenciamos, nos trae a ti el deseo de repararlos y la gratitud por tantos beneficios como reconocemos haber recibido de tu Corazón. A esta fuente de gracias atribuimos singularmente el señalado favor de haber sido llamados a tu Compañía, y todos los bienes que de ella hemos recibido y los que la misma Compañía ha producido, desde su fundación hasta este día.

Queriendo, por lo tanto, que todo vuelva al principio y origen de donde procede, nosotros, aunque indignos de ser llamados compañeros tuyos, en presencia de la Inmaculada siempre Virgen María, de su espos el patriarca San José, de nuestro padre maestro San Ignacio de Loyola y de toda la corte celestial, ofrecemos y consagramos a tu Corazón todas nuestras personas, cuanto somos y tenemos, nuestros ministerios, nuestros trabajos y padecimientos; de todo lo cual queremos hacerle entera y perpetua consagración, para reparar las injurias y ofensas que se cometen contra tu divina Majestad, y para promover en nosotros y en todos los demás, tu mayor gloria. De este modo, esta Compañía, que tiene a honra llevar tu nombre, la tendrá también de estar enteramente consagrada a tu Corazón y de vivir de su misma vida.

Dígnate aceptar este holocausto y darnos graciapara ser siempre fieles a nuestras promesas, con el exacto cumplimiento de todas las reglas y constituciones de nuestro instituto.

Tú sabes, Señor, con qué rabia se esfuerza el infierno por oprimir a tu Iglesia y destruir nuestra Compañía; ten, pues, compasión de nosotros, hijos tuyos, que ponemos toda nuestra esperanza en ti. Sea tu Corazón nuestro escudo contra todos los ataques de nuestros enemigos y una nueva prenda de la gracia final, con la que, después de haber vivido constantemente en tu Corazón, podamos exhalar en él el último suspiro del nuestro.

Amén.


(Versión del 9 de Junio de 1972)

Oh Padre Eterno:

Mientras oraba Ignacio en la capilla de La Storta, quisiste Tú con singular favor aceptar la petición que por mucho tiempo él te hiciera por intercesión de Nuestra Señora: DE SER PUESTO CON TU HIJO. Le aseguraste también que serías su sostén al decirle: Yo estaré con vosotros. Llegaste a manifestar tu deseo de que Jesús portador de la Cruz lo admitiese como su servidor, lo que Jesús aceptó dirigiéndose a Ignacio con estas inolvidables palabras: QUIERO QUE TÚ NOS SIRVAS.

Nosotros, sucesores de aquel puñado de hombres que fueros los primeros COMPAÑEROS DE JESÚS, repetimos a nuestra vez la misma súplica de ser puestos con tu Hijo y de servir BAJO LA INSIGNIA DE LA CRUZ, en la que Jesús está clavado por obediencia, con el costado traspasado y el corazón abierto en señal de su amor a Ti y a toda la humanidad.

Renovamos la consagración de la Compañía al Corazón de Jesús y delante de la Cruz en la que Jesús nos entrega los tesoros de su corazón abierto, decimos hoy, por medio de Él y Él, desde lo más hondo de nuestro ser: TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD, MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO Y TODA MI VOLUNTAD, TODO MI HABER Y MI POSEER; VOS ME LO DÍSTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO; TODO ES VUESTRO, DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD; DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA QUE ÉSTA ME BASTA.


◄♥►OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras , en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre, mediante el Espíritu Santo, en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por el Papa y las intenciones ha encomendado para este mes de Junio del 2011 al Apostolado de la Oración:

INTENCIÓN GENERAL.–
Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios,
roguemos al Señor.

INTENCIÓN MISIONAL.–
Para que el Espíritu Santa haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el Reino de Dios,
roguemos al Señor.


◄♥►ORACIÓN DE LOS FIELES

Al celebrar, hermanos, el amor infinito de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, supliquemos humildemente al Padre de la misericordia.

Para que mande operarios a su mies y ministros a su Iglesia,
roguemos al Señor.

Por la santa Iglesia de Dios nacida del Corazón de Cristo: para que anuncie a todos los pueblos el amor de Dios a los hombres,
roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI: para que con firmeza de roca apostólica, gobierne paternalmente al pueblo santo de Dios,
roguemos al Señor.

Por todas laas naciones y sus habitantes: para que vivan en la justicia y se edifiquen en la caridad,
roguemos al Señor.

Por los que viven atribulados por las dificultades de esta vida: para que experimenten la protección de Dios,
roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestra comunidad: para que sepamos amarnos mutuamente y reine entre nosotrosla humildad y la comprensión,
roguemos al Señor.

Por la Compañía de Jesús: para que continúe fielmente el camino de nuestro padre maestro Ignacio salvando y reclutando almas para la milicia del Dios Vivo y Verdadero.
roguemos al Señor.

Por las vocaciones a la Compañía de Jesús: para Cristo Jesús guíe nuestros pasos en su camino, para que le sigamos hasta la muerte, para que envíe a su Compañía siervos cada vez más generosos, para que nos provea de ministros de reconciliación y de paz, para que nos conceda operarios de su caridad, y para que nos otorgue perseverancia a los que ha llamado bajo el estandarte de su cruz,
roguemos al Señor.

Oremos.
Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en el Corazón de tu Hijo: muéstranos también tu inmensa bondad escuchando las oraciones de tu pueblo.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.


◄♥►DÍA  14: LA UNIÓN CON CRISTO

LECTURA EVANGÉLICA:
Jn 15, 1-6.
« Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que no dé fruto en mí, lo quitará, y todo el que dé fruto, lo limpiará para que dé más fruto. Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he dicho: quedaos en mí, y yo en vosotros. Y así como el sarmiento no puede dar fruto si no sigue en la vid, tampoco lo daréis vosotros si no os quedáis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos. El que se queda en mí, igual que yo en él, da mucho fruto, porque sin mí no podéis hacer nada. El que no se queda en mí, es tirado fuera como el sarmiento, y se seca: luego los reúnen y los echan al fuego, y arden  ».


HOMILIA:
Cristo es el eslabón que nos une con la Divinidad, por Él y a través de Él, recibimos la gracia, la vida divina, y por Él, unidos a Él, heredaremos, resucitados, la incorporación y participación gloriosa de Dios en una feliz e inacabable bienaventuranza.

Nuestra unión con Cristo es el sí o el no de nuestro destino eterno. Nuestra luz ―luz del mundo (Mt 5, 14) ― stará encendida o apagada, según que estemos o no en contacto con la luz de los hombres (Jn 8, 12).

Y “la unión con Cristo se logra perfectamente por medio de la devoción al Corazón de Jesús”, enseá sin duda alguna Pío XII (AAS. 40 [1948] 500).

Llegamos a unirnos plenamente con una persona cuando la conocemos íntimamente y la amamos. Pues bien, esta espiritualidad “es la que mejor conduce a conocer íntimamente a Cristo” “en cuyo Corazón están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y la ciencia”  [1].

Por el camino del amor, si amamos a Cristo y nos sentimos amados por Él, penetraremos en sus pensamientos y sentimientos, los haremos nuestros y nos compenetraremos con Él.

Mediante la fe y la confianza, en la comunión, en la práctica de la consagración y en el trato personal, hemos de realizar nuestra unión a Cristo por el camino de su Croazón.


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. José Luis de Urrutia Sasiaín, SJ, Nuevo Devocionario – Guía de caminantes, 2º Edición mejorada, Ediciones Studium [http://www.salterrae.es/] (Madrid, 1976 | ISBN: 84-293-1003-7), Páginas 157 – 159.


CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Un salto a la Luz” (En Él solo la esperanza, 1997):



◄♥►MEDITACIÓN DEL DÍA
TEMA:
LA SANTÍSIMA VIRGEN REPARADORA.


DÍA:
• 14 de Junio.


COMPOSICIÓN DEL LUGAR:
La Santísima virgen en el Calvario, junto a su Hijo moribundo.


PETICIÓN:
• Que continúe yo la obra reparadora que la Santísima Virgen María realizó en la tierra.


PUNTO 1: MARÍA, MODELO DE REPARACIÓN A LA DIVINIDAD
Si todos los hombres pueden ser reparadores, con mayor razón será la Madre de Dios.

La posibilidad de nuestra reparación se funda en la incorporación a Jesucristo como miembros de su cuerpo mísitco, en la unión sobrenatural que tenemos con Él.

Esta unión es más íntima cuanto mayor es la gracia santificante que tiene un alma.

La Madre de dios tuvo más gracia santificante que todos los hombres juntos; luego estuvo más unida a Jesucristo que todos ellos; y los actos de su vida participaban de la virtud reparadora del Redentor más que los actos de todos los hombres.

Añádase que los actos de virtud realizados por la Madre de Dios superaban en perfección a las obras virtuosas de todos los santos.

Su amor a Dios era más intenso que el de todos ellos.

Su obediencia, su humildad, su paciencia, todas sus virtudes no han sido superadas por nadie.

Por eso reparaba mejor que todos los hombreslas ofensas y las injurias que se hacen a Dios.

Los actos virtuosos que ponía en la balanza de la justicia divina, pesaban más que los de todos los santos; y contrarrestaban mejor que ellos los pecados que echan los hombres en el platillo opuesto.

Y así le daba también a Dios gloria inmensa, compensadora de aquella que le quitan los pecados.

Bastarían estos hechos para que la Santísima Virgen fuera considerada como la reparadora principal después de Jesucristo.

Pero tiene además un título peculiar que la eleva sobre todos los reparadores y la pone más próxima que ellos al Reparador perfecto.

Su maternidad divina.

Para ser Reparador de los pecados de los hombres, el Hijo de Dios necesitaba naturaleza humana.

Y el cuerpo de esa naturaleza se lo dio su Madre.

Jesucristo realizaba sus actos reparadores con el instrumento de su cuerpo; el cuerpo que le había preparado su Santísima Madre.

Por eso, Ella, más que todos los hombres cooperó a la obra redentora de su Hijo.

Todavía más.

El acto de reparación principal que ofreció el Hijo de Dios, fue el sacrificio de sí mismo en la Cruz.

Para ofrecer ese sacrificio reparador necesitaba un cuerpo pasible y mortal; el cuerpo que le dio su Madre. La cooperación de María fue única en el sacrificio reparador de su Hijo.

Y contribuyó más aún.

Como Madre que era de Jesucristo, tenía derechos maternales sobre Él.

Aquel Hijo algo le pertenecía a Ela.

Y al llegar el momento del sacrificio de su Hijo como víctima reparadora. Ella estuvo en el monte de la inmolación, junto al ara de la Cruz, ofreciendo a Dios aquel Hijo que en parte le pertenecía, y lo entregó con generosidad y con pena más honda que la de Abrahán,cuando Dios le mandó que sacrificara a su hijo Isaac.

María ofrece a Dios el sacrificio de su Hijo juntamente con Él; por eso es Corredentora y Reparadora con Él.

Pero el sacrificio del Calvario se prolonga en el sacrificio de la misa; y ahora como entonces está la Madre presente mientras se sacrifica el Hijo.

Está la Madre renovando la entrega del Hijo que hizo junto a la Cruz.

Cuando oyes la Santa Misa, cuando acompañas a Jesucristo, en el sacrificio del altar, no olvides que allí está su Madre participando del sacrificio de su Hijo y uniendo el de su corazón.

Únete espiritualmente a Ella.



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Me tocaste Jesús” (La Mesa de todos, Canto Litúrgico para la Celebración Comunitaria, 2º Edición, 2003):



PUNTO 2: LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA, MODELO DE REPARACIÓN A JESUCRISTO
Todas las injurias y ofensas que se hacen a la Divinidad le hieren a Jesucristo, que es Dios.

Pero a ese Dios hecho hombre se le hacen ofensas particulares; el menosprecio de los bienes de la Redención y de los sufrimientos que le costaron esos bienes que ganó para los hombres.

Ingratitud.

Se hizo hombre por salvar a los hombres; por hacerles hijos de dios y participantes de su gloria en el cielo; sufrió y murió por ellos y se ha quedado perpetuamente en la Eucaristía.

Como Redentor de los hombres les ha amado con amor especial, con amor sacrificado y tiene derecho a reclamar de sus redimidos correspondencia de amor.

Y los hombres le niegan ese amor; menosprecian  los beneficios que les hace, le ofenden y por lo tanto entristecen su corazón.

Esta ingratitud pide reparación.

Actos contrarios a las ofensas que recibe.

La Santísima Virgen María, su Madre, también es modelo de esta reparación.

Se la dio mientras vivió en la tierra.

En la cueva de Belén está Jesús desconocido de los hombres, abandonado por ellos…; pero allí está su Madre haciéndole compañía, conociéndole íntimamente y dándole un amor más intenso que el que puedieran darle todos los hombres juntos.

En el Calvario está Jesús más abandonado, menos amado, aborrecido, perseguido, condenado…. Y allí está su Madre, reparando; acompañándole, amándole, compensando con su amor todas las ofensas que le están haciendo sus redimidos.

Subió Jesús a los cielos, pero se quedó en la tierra sacramentado para hacer compañía a los hombres, y para ser alimento suyo. Después de subir a los cielos Jesús, quedó en la tierra su Madre; y los años que vivió en la tierra, después de la Ascensión, fueron años de reparación a su Hijo Sacramentado.

¡Qué reparaciones las de la Virgen en su casita de Jerusalén o de Éfeso! Pasaba los días y las horas en un rinconcito de la casa acompañando a su Hijo en la Eucaristía y compensaba.

Los hombres no se acuerdan de Ti; yo pienso continuamente en Ti.

Los hombres no te aman; yo te amo por todos ellos.

Y la Virgen comulgaba; y al comulgar reparaba, diciendo a su Hijo:

Los hombres no te reciben sacramentado, no quieren darte hospedaje en su corazón; pues yo te recibiré en el mío.

Los hombres te disgustan comulgando tibiamente; el frío de sus corazones te hiere más que el de la cuera de Belén; pues yo te recibiré en mi corazón ardiendo de amor y te quitaré el frío con que te atormentan las almas tibias.

Se acercan a recibirte algunas almas con pecados; y entrar en esas almas te causa mucho disgusto; pues entra en mi almaque no tiene ningún pecado. Tú la has preservado de ellos y yo he trabajado por conservarla así. Entra en mi alma, recréate con su limpieza, aspira el aroma de todas las virtudes que he cultivado en ella para Ti.

¡Qué comuniones reparadoras las de la Virgen María!

¡Qué vida eucarística reparadora, los últimos años que vivió en la tierra María!



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], Camino de la cruz” (En Él solo la esperanza, 1997):



PUNTO 3: SUSTITUTOS DE LA VIRGEN MARÍA
La presencia de Jesucristo en la Eucaristía había de ser perpetua, hasta la consumación de los siglos; pero la permanencia de la Virgen María en la tierra no podía serlo.

Llegó el momento de ser llevada a los cielos...

Se alegróa la Virgen por encontrar en el cielo a su Hijo glorioso; pero sintió dejar en la tierra a su Hijo Sacramentado.

En el cielo a su Hijo glorioso le acompañaban y alababan los ángeles y los bienaventurados.

En la tierra a su Hijo Sacramentado le olvidarían, le ultrajarían los hombres…

Si ella quedara en la tierra repararía, compensaría; pero tiene que subir al cielo.

¿NO ENCONTRARÁ ENTRE LOS HOMBRES ALGUNAS ALMAS QUE HAGAN SUS VECES, ALGUNAS ALMAS REPARADORAS?

La Virgen te lo propone a ti.

¿QUIERES ACEPTAR LA INVITACIÓN QUE TE HACE LA VIRGEN?

¿QUIERES SUPLIRLA A ELLA? ¿QUIERES HACER CON JESÚS SACRAMENTADO LO QUE HACÍA ELLA? Si aceptas la invitación acompaña a Jesús Sacramentado todo el tiempo que pueds. Visítale con frecuencia. Comulga con el fervor que puedas, con algo de aquel amor que tenía la Virgen María al comulgar.

¡Qué honra tan grande hacer en la tierra el oficio reparador como la Madre de Dios!

Y ¡qué premio tan grande te darán en el cielo la Virgen y su Hijo!


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. Juan Rey, SJ, Luz, Meditaciones para todos los días del año siguiendo el ciclo litúrgico, Editorial Sal Terrae [http://www.salterrae.es/] (Santander, 1966), Tomo II, páginas 946 – 950.



◄♥►LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Ten piedad de nosotros.

Cristo, escúchanos.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Padre celestial.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del Mundo.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo.
Ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de majestad infinita.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

Jesús, manso y humilde de corazón,
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

OREMOS.―
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que al rendirte el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. ― Amén.


◄♥►JACULATORIA

Corazón de Jesús, por medio de mi Madre Santísima, en ti pongo toda mi confianza, y aunque todo lo temo de mi debilidad, todo lo espero de tu bondad.

A tu Corazón confío… (expóngase la petición). Míralo, después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo me entrego a ti, yo estoy seguro de tu Corazón!

¡¡¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en Vos confío!!! (tres veces).

◄♥►NOTA:
[1] Carta Encíclica Miserentissimus Redemptor del Papa Pío XI sobre la Expiación que todos deben al Sagrado Croazón de Jesús: http://www.vatican.va/holy_father/pius_xi/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_08051928_miserentissimus-redemptor_sp.html

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