50mo Congreso Eucarístico Internacional, Dublín, Irlanda del 10 al 17 Junio 2012

domingo, 5 de junio de 2011

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ◄♥► DÍA 5 JUNIO 2011



◄♥►CONSAGRACION DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(La Compañía de Jesús, llamada por especial voluntad revelada del Corazón de Jesús, a propagar su espiritualidad, se consagró total y perpetuamente el 1 de Enero de 1872, con esta fórmula que puede adaptarse a quien lo desee):

Jesús Redentor nuestro:

Venimos a tu presencia angustiados y afligidos, pero animados por el recuerdo de tus palabras: « VENID A MÍ TODOS LOS QUE SUFRÍS Y ESTÁIS OPRIMIDOS QUE YO OS ALIVIARÉ ». con el dolor que nos causan tantos males como presenciamos, nos trae a ti el deseo de repararlos y la gratitud por tantos beneficios como reconocemos haber recibido de tu Corazón. A esta fuente de gracias atribuimos singularmente el señalado favor de haber sido llamados a tu Compañía, y todos los bienes que de ella hemos recibido y los que la misma Compañía ha producido, desde su fundación hasta este día.

Queriendo, por lo tanto, que todo vuelva al principio y origen de donde procede, nosotros, aunque indignos de ser llamados compañeros tuyos, en presencia de la Inmaculada siempre Virgen María, de su espos el patriarca San José, de nuestro padre maestro San Ignacio de Loyola y de toda la corte celestial, ofrecemos y consagramos a tu Corazón todas nuestras personas, cuanto somos y tenemos, nuestros ministerios, nuestros trabajos y padecimientos; de todo lo cual queremos hacerle entera y perpetua consagración, para reparar las injurias y ofensas que se cometen contra tu divina Majestad, y para promover en nosotros y en todos los demás, tu mayor gloria. De este modo, esta Compañía, que tiene a honra llevar tu nombre, la tendrá también de estar enteramente consagrada a tu Corazón y de vivir de su misma vida.

Dígnate aceptar este holocausto y darnos graciapara ser siempre fieles a nuestras promesas, con el exacto cumplimiento de todas las reglas y constituciones de nuestro instituto.

Tú sabes, Señor, con qué rabia se esfuerza el infierno por oprimir a tu Iglesia y destruir nuestra Compañía; ten, pues, compasión de nosotros, hijos tuyos, que ponemos toda nuestra esperanza en ti. Sea tu Corazón nuestro escudo contra todos los ataques de nuestros enemigos y una nueva prenda de la gracia final, con la que, después de haber vivido constantemente en tu Corazón, podamos exhalar en él el último suspiro del nuestro.

Amén.


(Versión del 9 de Junio de 1972)

Oh Padre Eterno:

Mientras oraba Ignacio en la capilla de La Storta, quisiste Tú con singular favor aceptar la petición que por mucho tiempo él te hiciera por intercesión de Nuestra Señora: DE SER PUESTO CON TU HIJO. Le aseguraste también que serías su sostén al decirle: Yo estaré con vosotros. Llegaste a manifestar tu deseo de que Jesús portador de la Cruz lo admitiese como su servidor, lo que Jesús aceptó dirigiéndose a Ignacio con estas inolvidables palabras: QUIERO QUE TÚ NOS SIRVAS.

Nosotros, sucesores de aquel puñado de hombres que fueros los primeros COMPAÑEROS DE JESÚS, repetimos a nuestra vez la misma súplica de ser puestos con tu Hijo y de servir BAJO LA INSIGNIA DE LA CRUZ, en la que Jesús está clavado por obediencia, con el costado traspasado y el corazón abierto en señal de su amor a Ti y a toda la humanidad.

Renovamos la consagración de la Compañía al Corazón de Jesús y delante de la Cruz en la que Jesús nos entrega los tesoros de su corazón abierto, decimos hoy, por medio de Él y Él, desde lo más hondo de nuestro ser: TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD, MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO Y TODA MI VOLUNTAD, TODO MI HABER Y MI POSEER; VOS ME LO DÍSTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO; TODO ES VUESTRO, DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD; DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA QUE ÉSTA ME BASTA.


◄♥►OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras , en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre, mediante el Espíritu Santo, en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por el Papa y las intenciones ha encomendado para este mes de Junio del 2011 al Apostolado de la Oración:

INTENCIÓN GENERAL.–
Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios,
roguemos al Señor.

INTENCIÓN MISIONAL.–
Para que el Espíritu Santa haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el Reino de Dios,
roguemos al Señor.


◄♥►ORACIÓN DE LOS FIELES

Al celebrar, hermanos, el amor infinito de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, supliquemos humildemente al Padre de la misericordia.

Para que mande operarios a su mies y ministros a su Iglesia,
roguemos al Señor.

Por la santa Iglesia de Dios nacida del Corazón de Cristo: para que anuncie a todos los pueblos el amor de Dios a los hombres,
roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI: para que con firmeza de roca apostólica, gobierne paternalmente al pueblo santo de Dios,
roguemos al Señor.

Por todas laas naciones y sus habitantes: para que vivan en la justicia y se edifiquen en la caridad,
roguemos al Señor.

Por los que viven atribulados por las dificultades de esta vida: para que experimenten la protección de Dios,
roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestra comunidad: para que sepamos amarnos mutuamente y reine entre nosotrosla humildad y la comprensión,
roguemos al Señor.

Por la Compañía de Jesús: para que continúe fielmente el camino de nuestro padre maestro Ignacio salvando y reclutando almas para la milicia del Dios Vivo y Verdadero.
roguemos al Señor.

Por las vocaciones a la Compañía de Jesús: para Cristo Jesús guíe nuestros pasos en su camino, para que le sigamos hasta la muerte, para que envíe a su Compañía siervos cada vez más generosos, para que nos provea de ministros de reconciliación y de paz, para que nos conceda operarios de su caridad, y para que nos otorgue perseverancia a los que ha llamado bajo el estandarte de su cruz,
roguemos al Señor.

Oremos.
Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en el Corazón de tu Hijo: muéstranos también tu inmensa bondad escuchando las oraciones de tu pueblo.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.


◄♥►DÍA 5: LA MISA

LECTURA EVANGÉLICA:
Mt 26, 26-28.
« Mientras comían, tomó Jesús pan, y, bendiciéndolo, lo partió y lo dio a sus discípulos, y dijo: “Tomad, comed: esto es mi cuerpo”. Y tomando una copa y dando gracias, se la dio, diciendo: “Bebed todos de esto, porque esto es mi sangre de la alianza, que se derrama por muchos en remedio de los pecados”  ».


HOMILIA:
La Misa, sacrificio eucarístico, es exactamente la representación y renovación del sacrificio de la Cruz. No sólo su recuerdo y representación, ya que la misa es también verdadera renovación del sacrificio de la Cruz, no porque Cristo vuelva a morir o padecer, sino porque de nuevo ofrece al Padre su sacrificio de la Cruz, como se lo ofreció en el Calvario. El sacerdote hace el papel de Cristo, presente por la consagración del pan y el vino cuya separación aparente del cuerpo y sangre reproduce el sacrificio incruento.

La víctima, Cristo-Dios, es de valor infinito, por eso no ofrecemos otras víctimas (por ejemplo: corderos, como en el Antiguo Testamento), pues además de superfluas, sería hacer de menos a la que es completa y sobreabundante. El sacrificio de tal víctima ha alcanzado gracias de Dios suficientes para redimir uno y mil mundos. El problema ahora es que esas gracias se nos apliquen. Lo conseguimos sobre todo cuando, junto al sacrificio de Cristo y participando de él en la comunión, le ofrecemos el nuestro.

De su Corazón brotó sangre y agua, símbolo de aquellas gracias. Acerquémonos al Corazón de Jesús; pidámosle beber esa agua y recigir su Espíritu, según lo prometió (Jn 7, 37-39).


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. José Luis de Urrutia Sasiaín, SJ, Nuevo Devocionario – Guía de caminantes, 2º Edición mejorada, Ediciones Studium [http://www.salterrae.es/] (Madrid, 1976 | ISBN: 84-293-1003-7), Páginas 146 – 147.


CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Un salto a la Luz” (En Él solo la esperanza, 1997):



◄♥►MEDITACIÓN DEL DÍA
TEMA:
• DONES DE JESUCRISTO GLORIOSO.


DÍA:
• 5 de Junio.


COMPOSICIÓN DEL LUGAR:
• Jesucristo glorioso en el cielo presenta al eterno Padre la llaga de su costado y su corazón herido para que envíe a los hombres los dones merecidos por Él.


PETICIÓN:
• Que desciendan sobre mi alma, en lluvia copiosa, las gracias sobrenaturales conseguidas por el amor de Jesucristo.


PUNTO 1: EL CORAZÓN DE JESÚS VIVE GLORIOSO
El corazón físico de los hombres deja de latir con la muerte y se reduce a polvo en la sepultura.

Tuviste una madre cariñosa, que te amó mucho.

Su corazón sintió dulces emociones por ti; se estremeció cuando te amenazaba algún peligro; se angustió cuando te veía sufrir.

Murió tu madre y su corazón quedó insensible.

Visitas su sepultura, y ni siquiera tienes el consuelo de que se oculte allí su corazón.

Quedarán los huesos de su cadáver, pero su corazón se ha deshecho, se ha convertido en polvo.

Te queda un consuelo.

El polvo de ese corazón volverá a reunirse.

El corazón de tu madre volverá a latir glorioso y no cesará de latir nunca.

Te volverá a amar y no cesará nunca de amarte.

¿Cuándo sucederá esto? Al fin del mundo. En la resurrección de los muerto.s

Mientras tanto, durante muchos siglos, el corazón de tu madre no existe.

No quiso Dios que sucediera eso con el corazón de su Hijo.

Murió Jesús en la cruz y fue sepultado.

Su corazón dejó de latir unas horas; pero no se heshizo en la sepultura.

Aquel corazón estaba unido a la divinidad y no podía corromperse.

Solamente unas horas el corazón físico de Jesús dejó de amar a los hombres y de amarte a ti.

A los tres días, Jesucristo resucitó glorioso; y su corazón volvió a palpitar de nuevo para no cesar nunca.

Las vibraciones de ese amor continuarán repercutiendo en el corazón de Jesucristo.

Por eso el Corazón de Jesús glorioso sigue siendo índice y testigo del amor de Jesucristo que aún perdura.

Tendríamos que medir también e amor que Jesucristo ha tenido y sigue teniendo a los hombres, en su vida gloriosa.

El maor que les tiene desde el cielo y desde el sagrario.

El amor que les tendrá toda la eternidad.

Todo ese amor forma parte del mar inmenso simbolizado en el Corazón de Jesús.

Ese corazón ya no está sometido a las perturbaciones de esta vida mortal; sin embargo, vive y palpita y está unido indisolublemente a la Persona del Verbo Divino y en ella y por ella con la divina voluntad.



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Me tocaste Jesús” (La Mesa de todos, Canto Litúrgico para la Celebración Comunitaria, 2º Edición, 2003):



PUNTO 2: JESUCRISTO ENVÍA EL ESPÍRITU SANTO
El amor de Jesucristo durante su vida mortal lo medíamos por sus manifestaciones.

De un modo especial por los dones que nos comunicó.

Apliquemos esa norma al amor de Jesucristo glorioso.

Medita los dones que Jesucristo nos ha enviado desde el cielo para que tengas un conocimiento más completo del amor simbolizado en el Corazón de Jesús.

Tan pronto como Jesús subió a los cielos comenzó a enviar a los hombres dones preciosísimos.

Se nos había dado Él mismo al encarnar.

Y ya en los cielos, nos quiso enviar y nos envió al Espíritu Santo, tercera persona de la Santísima Trinidad, don altísimo de Dios como le llama la Iglesia.

La efusión del Espíritu Santo a los apóstoles es la primera y más espléndida manifestación del amor de Jesucristo después de su triunfal subida a los cielos.

Prometió este don:
Yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador para que esté con vosotros eternamente.

Fue enviado por Él.

El Espíritu Santo es el amor mutuo que se profesan el Padre y el Hijo; y los dos le enviaron a los hombres.

Descendió el Espíritu Santo a las almas de los apóstoles y bajó con la gracia y con todas las virtudes sobrenaturales, con la caridad que nos había merecido Jesucristo, fruto precioso de amor y de la redención de Jesucristo.

Y al descender a las almas el Espíritu Santo les infundió la gracia y la caridad divina.

Don del amor de Jesucristo y por lo tanto de su corazón, fue el Espíritu Santo y fueron todos los dones que el Espíritu santo trajo consigo.

¡Qué bienes tan preciosos se siguieron de estos dones del Espíritu Santo!

La milagrosa propagación de la Iglesia por las naciones idólatras y corrompidas.

Su triunfo sobre los enemigos que se levantaron a su paso.

La fortaleza de millones de mártires que dieron testimonio de Jesucristo con su sangre y con su vida.

El celo de los apóstoles y misioneros para superar los trabajos de la propagación del evangelio.

El heroísmo de las vírgenes para renunciar a los placeres de los sentidos y consagrarse por completo al amor del esposo celestial.

Todas las virtudes que han florecido en la Iglesia de Dios son frutos de la efusión del Espíritu Santo, que nos envió el amor de Jesucristo;  y en último término del Corazón de Jesús.


CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], Camino de la cruz” (En Él solo la esperanza, 1997):



PUNTO 3: JESUCRISTO, ABOGADO PERPETUO
Jesucristo amó a los hombres en su vida mortal con amor divino y con amor humano y los sigue amando desde el cielo.

Ese amor le mueve a constituirse en abogado nuestro para obtenernos de su Padre celestial el perdón de nuestros pecados y las gracias que necesitamos para nuestra santificación.

El amor que le movió a Jesús a sufrir por nosotros, le mueve ahora a presenciar al Eterno Padre los méritos de sus padecimientos.

Vive siempre para interceder por nosotros.

Sigue pidiendo en el cielo por los hombres, con súplicas apremiantes, como en los días de su carne mortal.

Sigue en el cielo presentando sus llagas para interceder por nosotros, como lo hizo desde la cruz.

Sigue en la Eucaristía ofreciéndose por los hombres en sacrificio incruento, como se ofreció en sacrificio cruento en el Calvario.

Y en virtud de esas súplicas y de la oblación perenne de Jesucristo se aplaca la justicia divina irritada, se inclina hacia los hombres la misericordia y el perdón y las gracias descienden sobre las almas.

Piensa las gracias que has recibido de Dios desde el día del bautismo hasta estos momentos.

Todas ellas son dones del amor de Jesucristo, del Corazón de Jesús.

De ese Corazón divino lo has recibido todo.

De Él lo tienes que esperar todo en la tierra y en la eternidad.

El Corazón de Jesús no ha muerto, sigue palpitando en el cielo y en el sagrario.

Y cada latido de ese corazón es un acto de amor a ti.

¿Cómo corresponderás a ese amor?

Que todos los latidos de tu corazón sean actos de amor a Jesucristo.


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. Juan Rey, SJ, Luz, Meditaciones para todos los días del año siguiendo el ciclo litúrgico, Editorial Sal Terrae [http://www.salterrae.es/] (Santander, 1966), Tomo II, páginas 906 – 909.


◄♥►LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Ten piedad de nosotros.

Cristo, escúchanos.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Padre celestial.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del Mundo.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo.
Ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de majestad infinita.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

Jesús, manso y humilde de corazón,
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

OREMOS.―
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que al rendirte el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. ― Amén.


◄♥►JACULATORIA

Corazón de Jesús, por medio de mi Madre Santísima, en ti pongo toda mi confianza, y aunque todo lo temo de mi debilidad, todo lo espero de tu bondad.

A tu Corazón confío… (expóngase la petición). Míralo, después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo me entrego a ti, yo estoy seguro de tu Corazón!

¡¡¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en Vos confío!!! (tres veces).

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