50mo Congreso Eucarístico Internacional, Dublín, Irlanda del 10 al 17 Junio 2012

miércoles, 15 de junio de 2011

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ◄♥► DÍA 15 JUNIO 2011

Photo Credit: Jonathan Merritt.

◄♥►CONSAGRACION DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(La Compañía de Jesús, llamada por especial voluntad revelada del Corazón de Jesús, a propagar su espiritualidad, se consagró total y perpetuamente el 1 de Enero de 1872, con esta fórmula que puede adaptarse a quien lo desee):

Jesús Redentor nuestro:

Venimos a tu presencia angustiados y afligidos, pero animados por el recuerdo de tus palabras: « VENID A MÍ TODOS LOS QUE SUFRÍS Y ESTÁIS OPRIMIDOS QUE YO OS ALIVIARÉ ». con el dolor que nos causan tantos males como presenciamos, nos trae a ti el deseo de repararlos y la gratitud por tantos beneficios como reconocemos haber recibido de tu Corazón. A esta fuente de gracias atribuimos singularmente el señalado favor de haber sido llamados a tu Compañía, y todos los bienes que de ella hemos recibido y los que la misma Compañía ha producido, desde su fundación hasta este día.

Queriendo, por lo tanto, que todo vuelva al principio y origen de donde procede, nosotros, aunque indignos de ser llamados compañeros tuyos, en presencia de la Inmaculada siempre Virgen María, de su espos el patriarca San José, de nuestro padre maestro San Ignacio de Loyola y de toda la corte celestial, ofrecemos y consagramos a tu Corazón todas nuestras personas, cuanto somos y tenemos, nuestros ministerios, nuestros trabajos y padecimientos; de todo lo cual queremos hacerle entera y perpetua consagración, para reparar las injurias y ofensas que se cometen contra tu divina Majestad, y para promover en nosotros y en todos los demás, tu mayor gloria. De este modo, esta Compañía, que tiene a honra llevar tu nombre, la tendrá también de estar enteramente consagrada a tu Corazón y de vivir de su misma vida.

Dígnate aceptar este holocausto y darnos graciapara ser siempre fieles a nuestras promesas, con el exacto cumplimiento de todas las reglas y constituciones de nuestro instituto.

Tú sabes, Señor, con qué rabia se esfuerza el infierno por oprimir a tu Iglesia y destruir nuestra Compañía; ten, pues, compasión de nosotros, hijos tuyos, que ponemos toda nuestra esperanza en ti. Sea tu Corazón nuestro escudo contra todos los ataques de nuestros enemigos y una nueva prenda de la gracia final, con la que, después de haber vivido constantemente en tu Corazón, podamos exhalar en él el último suspiro del nuestro.

Amén.


(Versión del 9 de Junio de 1972)

Oh Padre Eterno:

Mientras oraba Ignacio en la capilla de La Storta, quisiste Tú con singular favor aceptar la petición que por mucho tiempo él te hiciera por intercesión de Nuestra Señora: DE SER PUESTO CON TU HIJO. Le aseguraste también que serías su sostén al decirle: Yo estaré con vosotros. Llegaste a manifestar tu deseo de que Jesús portador de la Cruz lo admitiese como su servidor, lo que Jesús aceptó dirigiéndose a Ignacio con estas inolvidables palabras: QUIERO QUE TÚ NOS SIRVAS.

Nosotros, sucesores de aquel puñado de hombres que fueros los primeros COMPAÑEROS DE JESÚS, repetimos a nuestra vez la misma súplica de ser puestos con tu Hijo y de servir BAJO LA INSIGNIA DE LA CRUZ, en la que Jesús está clavado por obediencia, con el costado traspasado y el corazón abierto en señal de su amor a Ti y a toda la humanidad.

Renovamos la consagración de la Compañía al Corazón de Jesús y delante de la Cruz en la que Jesús nos entrega los tesoros de su corazón abierto, decimos hoy, por medio de Él y Él, desde lo más hondo de nuestro ser: TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD, MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO Y TODA MI VOLUNTAD, TODO MI HABER Y MI POSEER; VOS ME LO DÍSTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO; TODO ES VUESTRO, DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD; DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA QUE ÉSTA ME BASTA.


◄♥►OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras , en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre, mediante el Espíritu Santo, en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por el Papa y las intenciones ha encomendado para este mes de Junio del 2011 al Apostolado de la Oración:

INTENCIÓN GENERAL.–
Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios,
roguemos al Señor.

INTENCIÓN MISIONAL.–
Para que el Espíritu Santa haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el Reino de Dios,
roguemos al Señor.


◄♥►ORACIÓN DE LOS FIELES

Al celebrar, hermanos, el amor infinito de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, supliquemos humildemente al Padre de la misericordia.

Para que mande operarios a su mies y ministros a su Iglesia,
roguemos al Señor.

Por la santa Iglesia de Dios nacida del Corazón de Cristo: para que anuncie a todos los pueblos el amor de Dios a los hombres,
roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI: para que con firmeza de roca apostólica, gobierne paternalmente al pueblo santo de Dios,
roguemos al Señor.

Por todas laas naciones y sus habitantes: para que vivan en la justicia y se edifiquen en la caridad,
roguemos al Señor.

Por los que viven atribulados por las dificultades de esta vida: para que experimenten la protección de Dios,
roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestra comunidad: para que sepamos amarnos mutuamente y reine entre nosotrosla humildad y la comprensión,
roguemos al Señor.

Por la Compañía de Jesús: para que continúe fielmente el camino de nuestro padre maestro Ignacio salvando y reclutando almas para la milicia del Dios Vivo y Verdadero.
roguemos al Señor.

Por las vocaciones a la Compañía de Jesús: para Cristo Jesús guíe nuestros pasos en su camino, para que le sigamos hasta la muerte, para que envíe a su Compañía siervos cada vez más generosos, para que nos provea de ministros de reconciliación y de paz, para que nos conceda operarios de su caridad, y para que nos otorgue perseverancia a los que ha llamado bajo el estandarte de su cruz,
roguemos al Señor.

Oremos.
Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en el Corazón de tu Hijo: muéstranos también tu inmensa bondad escuchando las oraciones de tu pueblo.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.


◄♥►DÍA  15: LA ORACIÓN

LECTURA EVANGÉLICA:
Mt 6, 5-8.
« Y cuando recéis, no seáis como los hipócritas, que gustan rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para mostrarse a los hombres: os doy mi palabra de que ya tienen su recompensa. Tú, en cambio, cuando reces, entra en tu cuarto, y, cerrando la puerta, reza a tu Padre que está en lo escondido. Y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo concederá. Cuando recéis, no charléis mucho, como los paganos, que se imaginan que serán atendidos afuerza de mucho hablar. No os parezcáis a ellos, pues vuestro Padre ya sabe qué os hace falta antes de que se lo pidáis  ».


HOMILIA:
La unión con Cristo más continua, más fácil, más necesaria, la hemos de realizar por nuestro trato personal con Él, es decir, por la oración. Esta no es otra cosa sino levantar el corazón a Dios.

No sólo para pedirle mercedes; sino para contarle lo que nos pasa y lo que nos cuesta, lo bueno y lo malo, y también para agradecerle lo que tenemos y pedirle lo que necesitamos.

« Vigilad y Orad para no caer en la tentación  » (Mt 26, 41) Si estamos con Cristo, no estará desocupada nuestra casa y no podrá volver a ella el espíritu inmundo (cf. LKc 11, 24 ss).

Hemos de entrar en su Corazón, es decir, indagar sus pensamientos, conocer su modo de ser y de reccionar. Para ello habremos de leer y meditar su palabra en la Biblia, sus ejemplos; las explicaciones y aclaraciones de la Iglesia por las enseñanzas de los Papas, las vidas de los santos, las publicaciones ortodoxas…

Y confrontar nuestra vida con la de Cristo, en un diálogo intermitente, volviendo incansables una y otra vez a Él, al amigo fiel de siempre y para siempre; para hacerlo todo en su presencia y todo dedicarlo a su mayor gloria.


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. José Luis de Urrutia Sasiaín, SJ, Nuevo Devocionario – Guía de caminantes, 2º Edición mejorada, Ediciones Studium [http://www.salterrae.es/] (Madrid, 1976 | ISBN: 84-293-1003-7), Páginas 159 – 160.


CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Un salto a la Luz” (En Él solo la esperanza, 1997):



◄♥►MEDITACIÓN DEL DÍA
TEMA:
• LAS MIRADAS DE JESÚS.


DÍA:
• 15 de Junio.


COMPOSICIÓN DEL LUGAR:
• Jesús en la casa de Caifás busca a Pedro entre los soldados y le mira.


PETICIÓN:
• Señor, mírame siempre como al joven puro con mirada de amor; y si tengo la desgracia de pecar, mírame como a Pedro con mirada de misericordia.


PUNTO 1: LAS MIRADAS DE JESÚS AL CIELO
Podemos conocer el Corazón de Jesús por sus manifestaciones exteriores.

Se asoma al exterior por la boca, pero también se asoma por los ojos.

Se dice, y con razón, que el rostro es el reflejo del alma; y lo más expresivo del rostro son los ojos.

De los ojos del hombre salen miradas y salen lágrimas.

A través de esas miradas y de esas lágrimas, conozcamos mejor al Corazón de Jesús.

Em el evangelio se dice que Jesús miraba con frecuencia al cielo, sobre todo cuando hacía algún milagro.

¿Qué extraño que a Jesucristo se le escaparan los ojos hacia el cielo y con los ojos se le fuera el corazón?

El cielo era su casa… era la casa donde vivía su Padre.

Así llamaba al cielo Jesucristo. En la casa de mi Padre hay muchas moradas.

Era la casa donde había vivido toda la eternidad y donde seguirá viviendo.

Jesús era un desterrado voluntario que había salido del palacio del cielo para vivir entre los hombres.

Ahora bien, el mismo Jesucristo decía: donde está tu tesoro, allí está tu corazón; y hacia él se van también las miradas.

El tesoro de Jesucristo estaba en el cielo… Allí estaba la Santísima Trinidad y el amor principal del Corazón de Jesús era el amor a Dios. por eso miraba al cielo. Con el corazón se le iban los ojos.

Eso nos dice también Jesucristo a nosotros: que el amor principal de nuestro corazón sea el mismo que el suyo: amarás al Señor tu Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón.

Y dios está en todas partes, pero está sobre todo en el cielo.

Si amáramos mucho a Dios, se nos levantaría el corazón hacia Él y nuestros ojos se dirigirían con frecuencia hacia el cielo.

Así sucede a los santos. De San Francisco Javier se nos dice que tenía los ojos casi siempre humedecidos y levantados hacia el cielo.

Y San Ignacio de Loyola miraba al cielo con tanta frecuencia, que le llamaban: el hombre que mira al cielo.

Si amáramos mucho a Dios, no miraríamos tanto a la tierra y miraríamos un poco más al cielo.

La mayoría de los hombres sólo aman las cosas de la tierra.

Sólo piensan en cosas de tierra, sólo están preocupados por cosas de tierra.

Ni siquiera pueden rezar un Padrenuestro sin distraerse con las cosas del mundo.

El sacerdote, todos los días en la santa misa, dice a los fieles: Sursum corda, arriba los corazones. Y el acólito, en nombre de los fieles, contesta: lostenemos puestos en la tierra.

Los tenemos puestos en el dinero, en las personas, en las honrillas, en los placeres.

Por eso no levantamos los ojos. Jesucristo, mirando al cielo, te dice: que tu corazón sea semejante al mío.

Que ame a Dios sobre todas las cosas; y entonces no mirarás tanto a las cosas de la tierra; y mirarás con más frecuencia a los cielos donde está Dios, donde está tu Padre, donde están tus hermanos los ángeles y los santos, donde está la casa en que has de vivir toda la eternidad.



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Me tocaste Jesús” (La Mesa de todos, Canto Litúrgico para la Celebración Comunitaria, 2º Edición, 2003):



PUNTO 2: MIRADAS A PEDRO
Pero Jesucristo no oslamente tenía sus tesoros en el cielo, los tenía también en la tierra.

Precisamente a buscar esos tesoros había bajado del cielo a la tierra.

¿Qué tesoros eran esos?

Las almas.

Por eso la mirada de jesús se iba hacia las almas.

El evangelio nos habla de una mirada de Jesús hacia un alma descarriada.

Esa alma fue la de Pedro, su apóstol querido.

Pedro había negado a Jesucristo, estaba metido entre los enemigos de Jesucristo en el palacio de Caifás.

Pedro no buscaba a Jesucristo; al contrario, después de pecar, parece que huía de su presencia.

Fue Jesucristo quien buscó a Pedro; fue el corazón de Jesús quien buscó el tesoro que había perdido.

Iba Jesús preso, maniatado; y buscó a Pedro con los ojos entre los soldados y criados del Pontífice; y a la mirada le comunicó los sentimientos del corazón.

¿Cómo fue aquella mirada?

Mirada de tristeza, por la ofensa que Pedro, el ingrato, le había hecho. Mirada de misericordia para ofrecerle generosamente el perdón. Pedro le había ofendido. Él seguía amando a Pedro.

Los ojos de Pedro entendieron perfectamente el lenguaje de los ojos de Jesús; y a través de los ojos, aquellos dos corazones se entendieron.

El corazón de Jesús se derritió en lágrimas de dolor y de amor; y esas lágrimas del corazón se asomaron también a los ojos de Pedro.

Y saliendo de la ocasión de pecado, Pedro lloró amargamente.

Ésos son los sentimientos del Corazón de Jesús con los pecadores mientras viven en la tierra.

Los pecadores no se acuerdan de Él; y Él sale a buscarlos.

Los pecadores están metidos en las ocasiones de pecado; y Jesús los mira, los llama con remordimientos, con inspiraciones, con buenos ejemplos… con toda clase de gracias interiores y exteriores.

Y los mira como a Pedro.

Con tristeza, con misericordia, con amor…

HE AQUÍ ESTE CORAZÓN QUE TANTO TE HA AMADO; Y TÚ RESPONDES A ESE AMOR CON OFENSAS.

Mas no por eso lanzó contra ti la sentencia de condenación.

Te presento mi corazón abierto. Te ofrezco de nuevo mi amistad.

Si los pecadores quisieran mirar a Jesucristo como Él los mira…

Si los pecadores entendieran las miradas del corazón de Jesús como las entendió San Pedro.

Llorarían amargamente sus pecados, saldrían de las ocasiones de pecar y corresponderían al amor con amor.



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], Camino de la cruz” (En Él solo la esperanza, 1997):


PUNTO 3: AL JOVEN BUENO
Jesús fue a buscar a Pedro pecador.

Un joven puro y bueno, que había guardado siempre los mandamientos, fue a buscar a Jesús…

A las almas buenas no es necesario que Jesús vaya a buscarlas; son ellas las que buscan a Jesús, porque quieren estar siempre con Él.

Más aún, algunas veces Jesús hace como que se esconde para que le busquen más…

Véante mis ojos,
Dulce Jesús bueno.
Véante mis ojos,
Muérame yo luego.

Así cantaba Santa Teresade Jesús, serafín en carne humana.

El que busca a los pecadore, gusta de ser buscado por los justos, por los santos.

Mas no por eso deja de amar con amor infinito a esas almas suyas. Ellas constituyen su mayor complacencia.

Cuando el joven puro encontró a Jesús; y Jesús le tuvo delante, dice el evangelio que le miró y le amó.

Le miró con mirada de amor. El Corazón de Jesús se asomó también a los ojos; y a través de una mirada, le manifestó su amor. El Corazón de jesús a las almas buenas las ama y se recrea contemplándolas.

¡Qué felicidad sentirse amado por el Corazón de Jesús!

El corazón del hombre que está sediento de amor.

Que buisca por todas partes un poco de cariño.

Que agradece cualquiera manifestación de amor.

Que se conmueve hasta con las apariencias de amor.

¿Por qué no ha de buscar el amor del Corazón de Jesús?

Ese sí que es amor verdadero.

Ese sí que es amor constante, amor sacrificado, amor fiel.

Pues bien, si quieres ser amado por el Corazón de Jesús, tienes que ser como el joven bueno, como el joven puro, tienes que tener el alma en gracia de Dios.

Entonces te mirará continuamente Jesucristo y te mirará con mirada de amor.

Alma que estás en gracia de Dios, acércate a Jesucristo, búscale, aunque te parezca que se oculta.

Si te sientes amada por Él, ya verás cómo se te quitan los deseos de que te ame ninguna criatura de la tierra. Ya verás cómo no te importa que los hombres te miren con frialdad.

¡Qué dicha estar contemplando a Jesucristo continuamente en el cielo! Cruzarse la mirada amorosa de Jesús con la mirada del alma; y a través de esas miradas, comunicarse mutuamente el amor de los corazones.

Jesucristo se recrea contemplando y amando al alma pura; y el alma contemplando y amando a Jesucristo, se siente plenamente feliz.

Ésa será la vida del cielo.


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. Juan Rey, SJ, Luz, Meditaciones para todos los días del año siguiendo el ciclo litúrgico, Editorial Sal Terrae [http://www.salterrae.es/] (Santander, 1966), Tomo II, páginas 951 – 955.



◄♥►LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Ten piedad de nosotros.

Cristo, escúchanos.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Padre celestial.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del Mundo.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo.
Ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de majestad infinita.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

Jesús, manso y humilde de corazón,
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

OREMOS.―
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que al rendirte el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. ― Amén.


◄♥►JACULATORIA

Corazón de Jesús, por medio de mi Madre Santísima, en ti pongo toda mi confianza, y aunque todo lo temo de mi debilidad, todo lo espero de tu bondad.

A tu Corazón confío… (expóngase la petición). Míralo, después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo me entrego a ti, yo estoy seguro de tu Corazón!

¡¡¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en Vos confío!!! (tres veces).

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