50mo Congreso Eucarístico Internacional, Dublín, Irlanda del 10 al 17 Junio 2012

domingo, 19 de junio de 2011

MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ◄♥► DÍA 18 JUNIO 2011



◄♥►CONSAGRACION DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

(La Compañía de Jesús, llamada por especial voluntad revelada del Corazón de Jesús, a propagar su espiritualidad, se consagró total y perpetuamente el 1 de Enero de 1872, con esta fórmula que puede adaptarse a quien lo desee):

Jesús Redentor nuestro:

Venimos a tu presencia angustiados y afligidos, pero animados por el recuerdo de tus palabras: « VENID A MÍ TODOS LOS QUE SUFRÍS Y ESTÁIS OPRIMIDOS QUE YO OS ALIVIARÉ ». con el dolor que nos causan tantos males como presenciamos, nos trae a ti el deseo de repararlos y la gratitud por tantos beneficios como reconocemos haber recibido de tu Corazón. A esta fuente de gracias atribuimos singularmente el señalado favor de haber sido llamados a tu Compañía, y todos los bienes que de ella hemos recibido y los que la misma Compañía ha producido, desde su fundación hasta este día.

Queriendo, por lo tanto, que todo vuelva al principio y origen de donde procede, nosotros, aunque indignos de ser llamados compañeros tuyos, en presencia de la Inmaculada siempre Virgen María, de su espos el patriarca San José, de nuestro padre maestro San Ignacio de Loyola y de toda la corte celestial, ofrecemos y consagramos a tu Corazón todas nuestras personas, cuanto somos y tenemos, nuestros ministerios, nuestros trabajos y padecimientos; de todo lo cual queremos hacerle entera y perpetua consagración, para reparar las injurias y ofensas que se cometen contra tu divina Majestad, y para promover en nosotros y en todos los demás, tu mayor gloria. De este modo, esta Compañía, que tiene a honra llevar tu nombre, la tendrá también de estar enteramente consagrada a tu Corazón y de vivir de su misma vida.

Dígnate aceptar este holocausto y darnos graciapara ser siempre fieles a nuestras promesas, con el exacto cumplimiento de todas las reglas y constituciones de nuestro instituto.

Tú sabes, Señor, con qué rabia se esfuerza el infierno por oprimir a tu Iglesia y destruir nuestra Compañía; ten, pues, compasión de nosotros, hijos tuyos, que ponemos toda nuestra esperanza en ti. Sea tu Corazón nuestro escudo contra todos los ataques de nuestros enemigos y una nueva prenda de la gracia final, con la que, después de haber vivido constantemente en tu Corazón, podamos exhalar en él el último suspiro del nuestro.

Amén.


(Versión del 9 de Junio de 1972)

Oh Padre Eterno:

Mientras oraba Ignacio en la capilla de La Storta, quisiste Tú con singular favor aceptar la petición que por mucho tiempo él te hiciera por intercesión de Nuestra Señora: DE SER PUESTO CON TU HIJO. Le aseguraste también que serías su sostén al decirle: Yo estaré con vosotros. Llegaste a manifestar tu deseo de que Jesús portador de la Cruz lo admitiese como su servidor, lo que Jesús aceptó dirigiéndose a Ignacio con estas inolvidables palabras: QUIERO QUE TÚ NOS SIRVAS.

Nosotros, sucesores de aquel puñado de hombres que fueros los primeros COMPAÑEROS DE JESÚS, repetimos a nuestra vez la misma súplica de ser puestos con tu Hijo y de servir BAJO LA INSIGNIA DE LA CRUZ, en la que Jesús está clavado por obediencia, con el costado traspasado y el corazón abierto en señal de su amor a Ti y a toda la humanidad.

Renovamos la consagración de la Compañía al Corazón de Jesús y delante de la Cruz en la que Jesús nos entrega los tesoros de su corazón abierto, decimos hoy, por medio de Él y Él, desde lo más hondo de nuestro ser: TOMAD, SEÑOR, Y RECIBID TODA MI LIBERTAD, MI MEMORIA, MI ENTENDIMIENTO Y TODA MI VOLUNTAD, TODO MI HABER Y MI POSEER; VOS ME LO DÍSTEIS, A VOS, SEÑOR, LO TORNO; TODO ES VUESTRO, DISPONED A TODA VUESTRA VOLUNTAD; DADME VUESTRO AMOR Y GRACIA QUE ÉSTA ME BASTA.


◄♥►OFRECIMIENTO DIARIO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Ven Espíritu Santo, inflama nuestro corazón en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras , en unión con él, por la redención del mundo.

Señor mío y Dios mío Jesucristo:

Por el Corazón Inmaculado de María me consagro a tu Corazón, y me ofrezco contigo al Padre, mediante el Espíritu Santo, en tu santo sacrificio del altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu reino.

Te pido en especial por el Papa y las intenciones ha encomendado para este mes de Junio del 2011 al Apostolado de la Oración:

INTENCIÓN GENERAL.–
Para que los sacerdotes, unidos al Corazón de Cristo, siempre sean verdaderos testigos del amor solícito y misericordioso de Dios,
roguemos al Señor.

INTENCIÓN MISIONAL.–
Para que el Espíritu Santa haga surgir en nuestras comunidades numerosas vocaciones misioneras, dispuestas a consagrarse plenamente a difundir el Reino de Dios,
roguemos al Señor.


◄♥►ORACIÓN DE LOS FIELES

Al celebrar, hermanos, el amor infinito de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, supliquemos humildemente al Padre de la misericordia.

Para que mande operarios a su mies y ministros a su Iglesia,
roguemos al Señor.

Por la santa Iglesia de Dios nacida del Corazón de Cristo: para que anuncie a todos los pueblos el amor de Dios a los hombres,
roguemos al Señor.

Por nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI: para que con firmeza de roca apostólica, gobierne paternalmente al pueblo santo de Dios,
roguemos al Señor.

Por todas laas naciones y sus habitantes: para que vivan en la justicia y se edifiquen en la caridad,
roguemos al Señor.

Por los que viven atribulados por las dificultades de esta vida: para que experimenten la protección de Dios,
roguemos al Señor.

Por los miembros de nuestra comunidad: para que sepamos amarnos mutuamente y reine entre nosotrosla humildad y la comprensión,
roguemos al Señor.

Por la Compañía de Jesús: para que continúe fielmente el camino de nuestro padre maestro Ignacio salvando y reclutando almas para la milicia del Dios Vivo y Verdadero.
roguemos al Señor.

Por las vocaciones a la Compañía de Jesús: para Cristo Jesús guíe nuestros pasos en su camino, para que le sigamos hasta la muerte, para que envíe a su Compañía siervos cada vez más generosos, para que nos provea de ministros de reconciliación y de paz, para que nos conceda operarios de su caridad, y para que nos otorgue perseverancia a los que ha llamado bajo el estandarte de su cruz,
roguemos al Señor.

Oremos.
Oh Dios, que nos has manifestado tu amor en el Corazón de tu Hijo: muéstranos también tu inmensa bondad escuchando las oraciones de tu pueblo.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.
Amén.


◄♥►DÍA  18: LAS PETICIONES DESOÍDAS

LECTURA EVANGÉLICA:
Jn 14, 14; 15, 7, 10, 12.
« Si me pedís algo en mi nombre, Yo lo haré. Si os quedáis en mí y mi palabra se queda en vosotros, pediréis lo que queráis y lo tendréis. Si guardáis mis mandamientos, os quedaréis en mi amor, como Yo he guardado los mandamientos de mi Padre y me quedo en su amor. Este es mi mandamiento: que os queráis unos a otros como Yo os he querido  ».


HOMILIA:
Para interpretar el Evangelio hay que leerlo en su totalidad, todo lo que dice. Y no dice únicamente que Dios nos concederá cuanto le pidamos. También pone condiciones. Estas condiciones, como vamos a ver, no son ni podían ser otras que pedir en el marco de las virtudes constitutivas del cristiano: las tres TEOLÓGICAS: Caridad, Fe, Esperanza, y la virtud indispensable de la continuidad: la Perserverancia.

  1. Primera condición: TENER CARIDAD: con Dios y con los hombres. Está claro en la lectura evangélico de hoy. Si no amamos, nuestra oración no merece ser escuchada.
  2. Segunda condición: TENER FE: ―básico para permanecer en Cristo― (« todo lo que pidáis con fe lo conseguiréis » Mt 21, 22, cf. la hemorroisa, el centurión, los milagros de San Pedro, Hch 3, 16). Pero tener fe auténtica es VIVIR SEGÚN EXIGE NUESTRA FE (cf Rom 1, 17; Sant 2, 17).
  3. Tercera condición: TENER ESPERANZA. Es desear los bienes superiores: « Buscad el Reino de Dios y su justicia, y los demás se os dará por añadidura » (Mt 6, 33). Cuando pedimos bienes terrenos, si supiéramos que no nos convienen para nuestra santificación, no deberíamos pedirlos… y naturalmente, Dios no los concede. Pero la oración no se pierde: se le pedimos la medicina que no nos conviene, nos dará por nuestra oración otra que nos convenga. Cristo no fue escuchado en el Huerto de los Olivos para no beber el cáliz, pero un ángel le confortó, y la pasión sólo duró unas horas.
  4. Cuarta condición: TENER PERSEVERANCIA. Cristo insiste tanto en esta condición que llega a compararse con el amigo que da el pan y con el juez injusto que hace justicia por la importunidad de quien le pide (Lc 11, 8; y 18, 5). No hay que cansarse de pedir (cf la cananea, el ciego Bartimeo Lc 18, 1, y 1 Tes 5, 17, etc.).


FUENTE:
● © 1966-2011 · P. José Luis de Urrutia Sasiaín, SJ, Nuevo Devocionario – Guía de caminantes, 2º Edición mejorada, Ediciones Studium [http://www.salterrae.es/] (Madrid, 1976 | ISBN: 84-293-1003-7), Páginas 163 – 164.


CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Un salto a la Luz” (En Él solo la esperanza, 1997):



◄♥►MEDITACIÓN DEL DÍA
TEMA:
• VENID A MÍ.


DÍA:
• 18 de Junio.


COMPOSICIÓN DEL LUGAR:
• El Corazón de Jesús que me invita a Él en mis sufrimientos.


PETICIÓN:
• Que abrace con valentía mi cruz y ayude a los demás a llevar la suya.


PUNTO 1: PALABRA DE DIOS
Una de las expansiones del Corazón de Jesús que nos revelan mejor su amor misericordioso a los hombre es aquella que leemos en el evangelio: « Venid a mí todos los que andáis fatigados y agobiados que Yo os aliviaré » (Mt 11, 28).

La invitación que hace Jesús es universal, a nadie excluye.

Invita a todos los que sufren algún trabajo, alguna tribulación.

Y como trabajos y tribulaciones los padecemos todos los hombres, a todos nos invita.

Te invita por lo tanto a ti.

Nos invita a que acudamos a Él.

Nos promete alivio en el sufrimiento.

Semejante promesa sólo puede hacerla Dios, porque sólo Dios es capaz de proporcionar este remedio universal.

Por eso Jesús, antes de hacernos promesa tan consoladora, nos descubre que es el Hijo de Dios; y por consiguiente Dios como el Padre, con toda la omnipotencia divina en sus manos.

« Te bendigo Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque encubriste estas cosas a los ojos de los sabios y de los prudentes y las descubriste a los pequeñuelos. Sí, Padre, que tal ha sido tu beneplácito. Todas las cosas fueron puestas en mis manos por mi Padre. Venid a mí, todos los que andáis fatigados y agobiados, que Yo os aliviaré » (Mt 11, 25-27).

Jesús, que es Dios, puede hacernos esta invitación… y nos la hace.

Dios, veracidad infinita: creámosle.

Dios, poder infinito; confiemos.



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], “Me tocaste Jesús” (La Mesa de todos, Canto Litúrgico para la Celebración Comunitaria, 2º Edición, 2003):



PUNTO 2: LO QUE NOS PROMETE JESÚS
Entendamos bien el significado de esta invitación y promesa.

No dice Jesús que quitará el sufrimiento.

No puede decirlo.

El sufrimiento es connatural al hombre; y si por un privilegio especial de Dios, el hombre no hubiera sufrido, el pecado anuló el privilegio.

Pecó el hombre, bien impuesto está el castigo.

El Hijo de dios no va a deshacer lo que hizo su Eterno Padre.

No quitará Jesús el sufrimiento, porque nos reporta bienes preciosos.

Con el sufrimietno podemos y debemos expiar nuestras culpas, librándonos de otros sufrimientos mayores en la otra vida.

El sufrimiento es fuente de gloria eterna; por eso Dios, lejos de quitarlo, se lo envía a los que mucho ama.

Porque el sufrimiento acarrea bienes preciosos, las almas santas desean sufrir.

No hay santo que no haya deseado sufrir.

Jesucristo no quita la cruz de nuestros hombros; al contrario, cargó Él una pesadísima sobre los suyos y nos invitó a que le siguiéramos con la nuestra.

No promete Jesús quitarnos el sufrimiento.

Pues entonces, ¿qué promete?



CANCIÓN PARA MEDITAR EN SILENCIO:
• P. Cristóbal Fones, SJ [http://cfones.jesuitas.cl/], Camino de la cruz” (En Él solo la esperanza, 1997):



PUNTO 3: LO QUE PROMETE JESÚS
Promete aliviarlo.

El alivio consiste en que nos dará fuerzas para llevar la cruz. Nos inspirará motivos de aliento.

En el monte Calvario entenderemos esta verdad.

El buen ladrón, primero reniega, maldice de su suerte.

Después reflexiona y dice a su compañero: “nosotros merecemos bien el castigo que sufrimos”.

Esta consideración tranquiliza su espíritu y le permite acudir a Jesús.

Allá en el fondo del corazón sintió la voz de Jesús que le decía; ven a mí.

Y el ladrón aceptó la invitación.

“Señor, acuérdate de mí cuando estuvieres en tu reino”.

Y Jesús le contesto: « Hoy estarás conmigo en el paraíso »; al oír esta promesa el ladrón sintió alivio y aliento.

Los dolores de los clavos los sentía como antes; pero pensaba: dentro de unos momentos moriré e iré al cielo

Este pensamiento le animaba para sufrir con resignación los sufrimientos de un suplicio horroroso.

Cuando sufres acude a la invitación que Jesús te hace y te hará comprender verdades bien consoladoras.

Estoy expiando mis culpas.

Estoy mereciendo el cielo.

Estoy salvando almas.

Soy semejante a Jesucristo.

Los santos le dicen a Dios: Señor, dame cruces; pero al mismo tiempo dame gracia para llevarlas.

No bajes todavía del Calvario.

El mal ladrón también acude a Jesucristo, pero ¿qué le dice?

“Baja tú de la cruz milagrosamente y haz otro milagro para que baje yo también”.

Y como Jesucristo no hacía el milagro, se retorcía por el dolor y vomitaba blasfemias contra Jesucristo.

Es la conducta de muchos cristianos cuando sufren.

Acuden al Corazón de Jesús y le piden que les quite el sufrimiento, si es necesario haciendo un milagro o muchos milagros; y si Jesucristo no acude a sus deseos, reniegan de Él, maldicen y se desesperan.

Las consideraciones alentadoras: expiación, cielo, almas… la menosprecian.

¡Qué bueno es el Corazón de Jesús!

Desea sinceramente nuestro bien.

Sabe que debemos sufrir, que nos conviene sufrir y que no nos quita el sufrimiento; pero nos lo alivia, dándonos aliento y fuerzas para sobrellevarlo.

« Tomad mi yugo sobre vosotros… y hallaréis reposo para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carge ligera » (Mt 11, 30).



PUNTO 4: COMO JESÚS
Dice más Jesús: « Aprended de mí ».

¿Qué hemos de aprender? Lo que acaba de decirnos.

Él alivia el sufrimiento de todos; aliviemos nosotros a los que sufren. Seamos sus Cirineos.

La vida es un Víacrucis. Todos los hombres van por ese camino llevando una cruz más o menos pesada y una corona de espinas en la frente.

Quiere Jesucristo que también nosotros hagamos lo que Él: aligerar la cruz de los demás.

Hay personas tan crueles, de corazón tan opuesto al de Jesús, que en vez de tender una mano al que está agobiado, le hacen más pesada la cruz y más dolorosas las espinas.

El abandono, el gesto despectivo, la palabra mortificante.

Lo que haces con tu hermano lo haces con Jesucristo.

¡Y podíamos fácilmente verter un poco de bálsamo en las heridas que manan sangre… Una palabra consoladora, una atención, una delicadeza, la ayuda material que está a nuestro alcance…!

Cómo suavizaríamos las asperezas de la vida, si nos ayudáramos mutuamente.

Para eso nuestro corazón ha de parecerse al de Jesucristo: « Recibid mi enseñanza, pues soy manso y humilde de corazón » (Mt 11, 29).

Arrancar de nuestro corazón la soberbia, el egoísmo y plantar en él la caridad: AMOR A DIOS, AMOR AL PRÓJIMO POR DIOS.



FUENTE:
● © 1966-2011 · P. Juan Rey, SJ, Luz, Meditaciones para todos los días del año siguiendo el ciclo litúrgico, Editorial Sal Terrae [http://www.salterrae.es/] (Santander, 1966), Tomo II, páginas 967 – 970.



◄♥►LETANÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.
Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.
Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.
Ten piedad de nosotros.

Cristo, escúchanos.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Padre celestial.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del Mundo.
Ten piedad de nosotros.

Dios, Espíritu Santo.
Ten piedad de nosotros.

Trinidad Santa, un solo Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de majestad infinita.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, templo santo de Dios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, digno de toda alabanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, saciado de oprobios.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, traspasado por una lanza.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, fuente de toda consolación.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, víctima de los pecadores.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren.
Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, delicia de todos los santos.
Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Perdónanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Escúchanos, Señor.

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo,
Ten misericordia de nosotros.

Jesús, manso y humilde de corazón,
Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

OREMOS.―
Oh Dios, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad; te pedimos que al rendirte el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos una cumplida reparación. Por Jesucristo nuestro Señor. ― Amén.


◄♥►JACULATORIA

Corazón de Jesús, por medio de mi Madre Santísima, en ti pongo toda mi confianza, y aunque todo lo temo de mi debilidad, todo lo espero de tu bondad.

A tu Corazón confío… (expóngase la petición). Míralo, después haz lo que tu Corazón te diga, deja obrar a tu Corazón. ¡Jesús mío, yo cuento contigo, yo me fío de ti, yo me entrego a ti, yo estoy seguro de tu Corazón!

¡¡¡SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, en Vos confío!!! (tres veces).

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