LOS PRIMEROS VIERNES DE MES

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús sobre su carroza 

en la Iglesia de San Pedro de Lima - Jesuitas - Santuario Arquidiocesano del Sagrado Corazón de Jesús, Lima, Perú.

Crédito de Foto: cnoriega.

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LOS 

PRIMEROS 

VIERNES 

DE 

MES 

Cristo un viernes de 1674, a Santa Margarita María de Alacoque “se dignó dirigir estas palabras: « Te prometo, en la excesiva Misericordia de mi Corazón, que su Amor omnipotente concederá a todos los que comulguen nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la Penitencia Final »” (Benedicto XV, bula de Canonización).

¿SANTA MARGARITA MARÍA NOS ENGAÑÓ AL RELATAR ESA REVELACIÓN? ―Imposible. Fue canonizada, luego no mentía.

¿SANTA MARGARITA MARÍA SE EQUIVOCARÍA ELLA MISMA? « Buscad y hallaréis ». Dios siempre cumple esta promesa con los santos, no dejándoles que se equivoquen en lo que constituye la razón de su santidad. Y la santidad de Santa Margarita María estuvo en razón a la transmisión del mensaje del Sagrado Corazón de Jesús.

¿ES UNA PROMESA EXAGERADA Y ABSURDA? Los Papas no lo han juzgado así. Además de la afirmación citada de Benedicto XV, dice León XII: “Jesucristo atrae a todos con la esperanza de magníficas promesas”  (Const. Benignae ). Y Pío XI: “Los beneficios que nuestro Señor HA PROMETIDO en revelaciones privadas” (Hauretis aquas). Y el Sínodo romano de 1959 encargó mantener la costumbre de llevar la Comunión a los Enfermos los Primeros Viernes (Juan XXIII).

¿POR QUÉ EXTRAÑARSE QUE DIOS NOS DÉ TANTO? ¿NO ES MÁS QUE SE DÉ ÉL MISMO EN EL SACRIFICIO DE LA CRUZ Y EN LA EUCARISTÍA? ¿NO LES DIO MÁS A LA SANTÍSIMA VIRGEN Y A SAN JUAN BAUTISTA AUN ANTES DE NACER? ¡No acabamos de conocer al Corazón de Dios, Padre nuestro! Pero que nos prometa el cielo, no quiere decir que si uno peca no tenga que sufrir un tremendo castigo, al menos en el Purgatorio (salvo que por sus buenas obras gane Indulgencias); tampoco que no tengamos que padecer, como padeció la Madre Dolorosa.

« Por los frutos los conoceréis » (Mt 7, 16). Y a juzgar por los frutos, no parece imposible que sea inspirada por Dios la práctica gracias a la cual parroquias enteras, millones de personas, han adquirido la costumbre de comulgar frecuentemente. Después de hacer los nueve Primeros Viernes, muchos siguen esta costumbre. Se suelen empezar en octubre para acabarlos en junio.

* * *

A fin de penetrar y aprovechar más los Primeros Viernes, podemos preguntarnos: ¿POR QUÉ TANTA INSISTENCIA DE CRISTO PARA QUE COMULGUEMOS LOS PRIMEROS VIERNES DE MES? ¿TAN IMPORTANTE ES, COMO PARA PROMETER NADA MENOS QUE LA SALVACIÓN ETERNA?

― Lo más importante de Cristo es la Redención por su muerte. Y lo más importante en todo cristiano es Redimir o Reparar a Dios por todos los pecados, con Cristo. No sólo una vez al año, el Viernes Santo, sino todos los meses una vez es bueno hacerlo con particular atención en su aniversario mensual: el Primer Viernes (tanto más que según los estudios más recientes murió el Señor el 14 del mes lunar judío de Nisán, que con toda seguridad corresponde en el calendario romano, y nuestro, al 7 de abril del año 30, no sólo viernes, sino PRIMER VIERNES).

Pero nuestra conmemoración y participación en el sacrificio redentor de Cristo (simbolizado en su Corazón traspasado), se realiza plenamente en la Misa ―cumbre y fuente de la vida cristiana― y en la Comunión.

De ahí que si el viernes de cada semana es litúrgicamente el día Penitencial, por se el de la muerte del Señor, cada mes el Primer Viernes lo es más especialmente, culminando en la Comunión Reparadora. Comunión que ha de ser:

• PRIMERO: una profunda Renovación Espiritual Personal, como Reparación de los pecados propios del mes precedente y como ayuda para vivir más unidos a Cristo el mes entrante.
• Y SEGUNDO: un abrirse con Cristo al amor y la Redención del mundo.

¿PUEDE HABER MEJOR Y MÁS TEOLÓGICA PRÁCTICA RELIGIOSA? Por algo Jesucristo, en su inmensa generosidad, nos impulsa a ella con la “gran promesa”.

FUENTE:

● © 1966-2011 · P. José Luis de Urrutia Sasiaín, SJ, Nuevo Devocionario – Guía de caminantes, 2º Edición mejorada, Ediciones Studium [http://www.salterrae.es/] (Madrid, 1976 | ISBN: 84-293-1003-7), Páginas 180 – 182.